Plan maestro de revitalización del parque urbano la sauceda: reincorporando un área de reserva natural del mismo: ubicado en la ciudad de Hermosillo, Sonora

Abstract

Las áreas verdes urbanas son de gran importancia porque aportan una gran cantidad de beneficios relacionados con la calidad del aire, la captación de agua de lluvia, la recreación, el esparcimiento y la imagen urbana; también traen beneficios sociales ya que alientan la convivencia familiar y fortalecen los vínculos afectivos; son ideales para la recreación y el esparcimiento, así como para practicar deportes al aire libre. Todos estos beneficios son elementos clave para mantener una buena calidad de vida en las ciudades y favorecer el bienestar de las personas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que las ciudades cuenten como mínimo con nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante, aunque lo recomendable son 15 metros. De igual manera, está establecido que áreas verdes son los bosques urbanos, plazas, parques, jardines, glorietas y camellones, entre otros. La ciudad de Hermosillo, día con día se va expandiendo considerablemente de manera horizontal, predominando las áreas construidas y minimizando los espacios verdes y recreativos para los hermosillenses. Las plazas y parques, en su mayoría, están siendo olvidados, dando paso a la muerte de sus áreas verdes; los árboles se secan y el concreto está absorbiendo las antiguas zonas permeables. Según información oficial del municipio, Hermosillo cuenta con 309 hectáreas de áreas verdes (Pineda, 2013). Tomando en cuenta que la Ciudad de Hermosillo tiene 715 061 habitantes (INEGI, 2010), la proporción da como resultado 4.32 m2/hab. Esta extensión queda por debajo de los parámetros internacionales, sin contar que de las 309 hectáreas mencionadas, probablemente más de la mitad están en un significativo grado de abandono y deterioro de sus áreas. Tomando en cuenta lo antes mencionado, se analizaron las áreas verdes de la ciudad de Hermosillo, y se encontró un parque en desuso, con un grado visible de deterioro, cuya infraestructura puede ser aprovechable. Este parque se llama La Sauceda y aún es conocido con ese nombre aunque ya no esté en funcionamiento. La propuesta se enfoca en el parque La Sauceda, pues representa una oportunidad debido a que ofrece ventajas como la infraestructura y la vegetación existentes, su ubicación en un lecho de río que beneficia la proliferación de la flora, además de ser un referente urbano de la comunidad hermosillense. Considerando que el parque presenta un deterioro, que, debido al descuido, las condiciones de la vegetación no son óptimas, que la ciudad ha cambiado, no es posible simplemente restaurar los espacios, sino que es necesaria una reestructuración acorde a las nuevas necesidades. La propuesta consiste entonces en un proyecto de reestructuración del espacio total del parque, pero enfocándose el diseño a ciertas áreas, y en otras sólo estableciendo lineamientos de diseño. El documento se estructura en tres capítulos. El primero aborda los estudios preliminares, en el cual se analizan los antecedentes, el sitio, el usuario, los ejemplos similares y la normatividad. El segundo capítulo contiene la elaboración del programa de necesidades y actividades, de las estrategias de diseño, del programa específico y arquitectónico y los primeros gráficos para el proyecto. Por último, en el tercer capítulo están el anteproyecto y el proyecto arquitectónico, previos al proyecto ejecutivo y finalmente un presupuesto estimado de obra.